El pastor Ko Salee, su esposa y su hija, Kayla, se mudaron por Dios y se trasladaron a Hickory, Carolina del Norte para servir en una iglesia plantada entre los Hmong. Con el apoyo de los Ministerios Adventistas para Refugiados e Inmigrantes, tienen como objetivo empoderar a la comunidad y preparar líderes para compartir el evangelio entre su propia gente.
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